Vocabulario bíblico “Fidelidad”
La fidelidad (hebr. emet),atributo mayor de Dios Ex 34,6, se asocia con frecuencia a subondad paternal (hebr. hesed)para con el pueblo de la alianza. Estos dosatributos complementarios indican que la alianza es a la vez un don gratuito yun vínculo cuya solidez resiste la prueba de los siglos Sal 119,90. A estasdos actitudes, en las que se resumen los caminos de Dios Sal 25,10, debe elhombre responder conformándose a ellas; la piedad filial que debe a Dios tendrácomo prueba de su verdad la fidelidad en observar los preceptos de la alianza.
A lo largo de lahistoria de la salvación la fidelidad divina se revela inmutable, frente a laconstante infidelidad del hombre, hasta que Cristo, testigo fiel de la verdadJn 18,37 Ap 3,14, comunica a los hombres la gracia de que está lleno Jn 1,14.16 y los hace capaces de merecer la corona de la vida imitando sufidelidad hasta la muerte Ap 2,10.
1. Fidelidad de Dios.
Dios es la«roca» de Israel Dt 32,4; este nombre simboliza su inmutable fidelidad, laverdad de sus palabras, la solidez de sus promesas. Sus palabras no pasan Is 40,8, sus promesas son mantenidas Tob 14,4; Dios no miente ni se retracta Num 23,19; su designio se ejecuta Is 25,1 por el poder de su palabra que, salidade su boca, no vuelve sino después de haber cumplido su misión Is 55,11; Diosno varía Mal 3,6. Así la esposa que se ha escogido, quiere unírsela con ellazo de una fidelidad perfecta Os 2.22, sin la cual no se puede conocer a Dios4,2.
No basta, pues, conalabar la fidelidad divina que rebasa los cielos Sal 36,6, ni con proclamarla para invocarla Sal 143,1 o para recordar a Dios sus promesas Sal 89,1-9.25-40. Hay que orar al Dios fiel para obtener de él la fidelidad 1Re 8,56ss, y cesar de responder a su fidelidad con la impiedad Neh 9,33. Enefecto, sólo Dios puede convertir a su pueblo infiel y darle la felicidadhaciendo germinar de la tierra la felicidad que debe ser su fruto Sal 85,5.11 ss.
2. Fidelidad del hombre.
Dios exige a su pueblo la fidelidad a la alianza que él renuevalibremente Jos 24,14; los sacerdotes deben ser especialmente fieles 1Sa 2,35. Si Abraham y Moisés Neh 9,8 Eclo 45,4 son modelos de fidelidad, Israelen su conjunto imita la infidelidad de la generación del desierto Sal 78,8ss 36s 106,6. Y donde no se es fiel a Dios, desaparecela fidelidad para con los hombres; entonces no se puede contar con nadie Jer 9,2-8. Esta corrupción no es propia de Israel, pues en todas partes vale esteproverbio: «¿Quién hallará un hombre de fiar?» Prov 20,6.
Israel, escogidopor Dios para ser su testigo, no fue, pues, un servidor fiel; permaneció ciego ysordo Is 42,18ss. Pero Dios eligió a otro siervo, en quien depositó suespíritu Is 42,1 ss. al que hizo e! don de oir y de hablar; este elegidoproclama fielmente la justicia, sin que las pruebas puedan hacerlo infiel asu misión Is 50,4-7, pues su Dios es su fuerza Is 49,5.
1. Fidelidad de Jesús.
El siervo fiel así anunciado es Cristo Jesús, Hijo y Verbo deDios, el verdadero y el fiel, que quiere cumplir la Escritura y la obra de suPadre Mc 10,45 Lc 24,44 Jn 19,28.30 Ap 19,11ss. Por él son mantenidas todaslas promesas de Dios 2Cor 1,20; en él están la salvación y la gloria de loselegidos 2Tim 2,10; con él son llamados los hombres por el Padre a entrar encomunión; y por él serán los creyentes fortalecidos y hechos fieles a suvocación hasta el fin 1Cor 1,8s. La fidelidad de Dios 1Tes 5,23s, cuyosdones son irrevocables Rom 11,29, se manifiesta, pues, en él con plenitud, ypara confirmar en la fidelidad invita a seguir la constancia de Cristo 2Tes 3,3ss.
Debemos imitar lafidelidad de Cristo manteniéndonos firmes hasta la muerte, y contar con sufidelidad para vivir y reinar con él 2Tim 2,11s. Más aún: aun siendo nosotrosinfieles, él permanece fiel, pues aunque pueda renegarnos, no puede renegarsea sí mismo 2Tim 2,13; hoy, como ayer y para siempre, no deja de ser lo que esHeb 13,8, el pontífice misericordioso y fiel Heb 2,17 que otorga poderacercarse con seguridad al trono de la gracia Heb 4,14ss a los que, apoyadosen la fidelidad de la promesa divina, conservan una fe y una esperanzaindefectibles Heb 10,23.
2. Los fieles de Cristo.
El título de «fieles» hasta para designar a los discípulos deCristo, a los que tienen fe en él Act 10,45 2Cor 6,15 Ef 1,1. Este títuloincluye seguramente las virtudes naturales de lealtad y de buena fe que loscristianos deben poner empeño en practicar Flp 4,8; pero designa además lafidelidad religiosa, que es una de las prescripciones mayores cuya observanciaexige Cristo Mt 23,23 y que caracteriza a los que son movidos por el EspírituSanto Gal 5,22; aparece en el detalle de la existencia Lc 16,10ss y dominaasí toda la vida social.
En la nueva alianzaesta fidelidad tiene un alma, que es el amor; y viceversa, la fidelidad es laprueba del amor auténtico. Jesús insiste en este punto: «Permaneced en mi amor.Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado losmandamientos de mi padre y permanezco en su amor» Jn 15,9s 14,15.21.23s.Juan, fiel a la lección de Cristo. la inculca a sus «hijos» invitándolos a«caminar en la verdad», es decir, en la fidelidad al mandamiento del amor mutuo2Jn 4s; pero añade en seguida: «Ahora bien, el amor consiste en vivir segúnlos mandamientos de Dios» 2Jn 6.
A esta fidelidad esa la que está reservada la recompensa de tener parte en el gozo del Señor Mt 25,21.23 Jn 15,11. Pero esta fidelidad exige una lucha contra el tentador, elmaligno, que requiere vigilancia y oración Mt 6,13 26,41 1Pe 5,8s. En losúltimos tiempos será tremenda la prueba de esta fidelidad: los santos tendránque ejercer en ella una constancia Ap 13,10 14,12, cuya gracia les viene dela sangre del cordero Ap 7,14 12,11.
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